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El tratamiento con un fármaco de anticuerpos contra una variante genética que hace que los pacientes con ELA sean más propensos a desarrollar degeneración de la neurona motora (OLD) de inicio temprano puede ayudar a retrasar la progresión clínica de la enfermedad, según un estudio de prueba de concepto.
El estudio se publica antes de la impresión en el American Journal of Physiological Physics.
“Estos resultados tienen implicaciones importantes, ya que sugieren que el tratamiento con beta3-integrina podría incorporarse a las estrategias neuroprotectoras para disminuir la progresión clínica de las demencias”.
Las terapias actuales incluyen un enfoque triple para retrasar la progresión de los síntomas neurológicos, incluida la parálisis de algunas manos, labios y bocas, y la marcha.
Los medicamentos controlan los síntomas con una red de seguridad que funciona durante aproximadamente 45 días, o hasta que la neuropatía progresa lo suficiente como para llevar a la muerte.